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¿QUIÉNES SON LOS ADVENTISTAS?

Los adventistas del séptimo día, con más de 21.9 millones de miembros en todo el mundo, es una iglesia cristiana protestante organizada en 1863 en los Estados Unidos. Esta se origina por el movimiento liderado por Guillermo Miller, quien hizo hincapié en la necesidad de predicar sobre el pronto regreso de Jesucristo a este mundo. La sede sudamericana de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, es responsable de la coordinación administrativa en ocho países con más de dos millones de miembros. La Iglesia Adventista del Séptimo Día tiene la siguiente Misión y Visión:

Misión

Hacer discípulos a todas las naciones, comunicando el evangelio eterno en el contexto del mensaje de los tres ángeles basado en Apocalipsis 14:6-12 , invitándolos a aceptar a Jesús como su Salvador personal y a unirse a su iglesia remanente, instruyendo a las personas a servirle a Él como Señor y a prepararlos para su pronto regreso.

 

Visión

En armonía con las grandes profecías de las Escrituras, entendemos que el clímax del plan de Dios es restaurar a toda su creación en completa armonía con su perfecta voluntad y justicia.

Estilo de Vida Adventista

Los adventistas creen en una vida de consagración a Dios en el aspecto físico, psicológico, emocional y espiritual. Su estilo de vida está basado en ocho remedios naturales que son: agua, descanso, ejercicio físico, luz solar, aire puro, nutrición equilibrada, temperancia y esperanza en Dios. Uno de los principios que los distingue es el descanso el día sábado, día separado por Dios para una mayor y mejor relación con sus hijos. Los adventistas confían en que Dios obra en todas las áreas de sus vidas y tiene la seguridad de que Cristo volverá pronto para recompensar a quienes confiaron en Él.

Comunicación con Dios

Los adventistas creen que la mejor forma de comunicación con Dios es a través de la oración, el estudio de la Biblia y el buen testimonio. La oración consiste en la búsqueda de la presencia de Dios cada mañana, el estudio diario de la Biblia, se reconoce como una forma de escuchar la guía divina, y el testimonio es el resultado natural de esta comunión como un hábito en la vida de cada creyente.

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